El puesto de guardia es una diminuta caseta situada estratégicamente a la entrada del complejo apartamental. Una vez pasas por delante te queda un pequeño tramo de carretera rodeada por un amplio y bien cuidado jardín que termina en el enorme y vistoso edificio de caravista blanca.
Un guarda de seguridad con cara de aburrido hojea el periódico en el interior de la cabina. Es un hombre de mediana edad y mediana estatura a quien la edad le ha robado indiscriminadamente los pocos pelos que le quedaban. Joon se detiene un instante al verlo y traga saliva.
"La hora de la verdad, allá vamos"- se dice a si misma y tratando desesperadamente de no pensar demasiado se pone en marcha.
El guarda levanta la cabeza al sentirla acercarse.
-Buenos días- saluda Joon con la que espera sea su mejor sonrisa, aunque algo en la tirantez de sus mejillas le dice que no lo está consiguiendo del todo.
El hombre le echa un rápido vistazo de arriba a abajo como analizándola y asiente. Como cada vez que eso ocurre la muchacha se siente incómoda. Es dolorosamente consciente de su baja estatura y esa leónida melena de rizos tostados en contraste con sus rasgos asiáticos. Como siempre no puede evitar sentirse fuera de lugar en todas partes. Aun así mantiene la sonrisa.
-¿En qué puedo ayudarla?- inquiere el guarda, por suerte parece amable y dispuesto a ayudar.
Casi deja escapar un suspiro de alivio. Ha superado la primera fase.
-Verá estoy conduciendo un trabajo de investigación para la universidad y me preguntaba si podría pasar una sencilla encuesta a los habitantes de este edificio- dice logrando de algún modo que no le vacile la voz. Es una obvia mentira pero es lo mejor que se le ha ocurrido y espera desesperadamente que funcione.
El hombre la mira y tuerce el gesto en una mueca que Joon no logra interpretar. El corazón le da un bote ansioso en el pecho.
-Lo siento pero no está permitido que nadie ajeno al edificio pase por temas de propaganda o parecidos- dice y parece que realmente lo lamenta.
Joon hace una mueca de disgusto y angustia, cosa que no le cuesta demasiado en su situación, y finge volver a la carga.
-¿No hay ninguna posibilidad?- insiste con voz suplicante- Es un trabajo importante y se me está acabando el plazo de entrega. Resulta que conseguir gente que quiera hacer una encuesta en mucho más difícil de lo que esperaba... ¿Ni siquiera una sola? Si una sola persona respondiera unas breves preguntas me sería de gran ayuda...
Deja las últimas palabras suspendidas en el aire y mira al vigilante con los ojos muy abiertos, como un cachorrito pidiendo comida. Como su constitución es petite y sus ojos grandes en comparación con los asiáticos sus amigas suelen decir que aquella mirada es absolutamente irresistible, aunque ya esté algo mayor para ponerla el práctica.
El guarda la mira dubitativo y Joon casi puede ver como ceden las barreras de su cerebro. Al final sonríe dándose por vencido.
-¿Te sirvo yo? Supongo que puedo tomarme unos minutos por una buena causa.
Joon casi da un salto de alegría (¡funciona!) y sonríe, esta vez una sonrisa brillante y genuina.
-Muchísimas gracias, me acaba de salvar. Tan solo le quitaré unos breves minutos, verá como las preguntas son sencillas.
El hombre amplia la sonrisa, sin duda contagiado por su entusiasmo.
-Da gusto que la gente joven se tome tan en serio sus estudios- comenta mientras Joon comienza a revolver en el bolso- ojalá mi hijo se lo tomara en serio también. Estaría bien que se le pegara algo de una jovencita tan agradable y trabajadora como tú.
Joon se sonroja y agradece en secreto tener la cabeza gacha mientras rebusca en el bolso para que no se le nota.
-Aquí está- sonríe de nuevo al tiempo que saca un pequeño taco de folios escritos y un bolígrafo. Siente un pequeño pinchazo de culpabilidad y diversión al recordar como sacó el test casi al azar de internet en plena madrugada.
"Lamento tener que engañar a un buen hombre pero es por una buena causa"- se dice mientras coloca las hojas sobre el mostrador y le tiende el boli.
El hombre se inclina con curiosidad sobre ellas y con su mejor tono profesional, ese que utiliza con sus pacientes, comienza a explicarle en que consiste la encuesta. El vigilante es un buen público, asintiendo aquí y allí cuando es necesario y escuchando con atención. Ojalá sus pacientes habituales fueran igual de obedientes.
Mientras ambos están enfrascados en la tarea escucha el rítmico taconeo que se acerca calle abajo. Siente la presencia de una mujer pasando a su espalda sin detenerse. Joon no hace ademán de girarse aunque se muere por echar un vistazo, pero reconoce el perfume a lavanda que emana de ella. Mi Ran acaba de hacer su entrada en escena.
Y no podría haber elegido un momento más apropiado porque el guarda afanado en contestar a sus preguntas apenas le dedica un breve vistazo. Joon no sabe lo que ve pero debe de quedar satisfecho porque vuelve a volcar toda su atención a las hojas entre sus manos. La muchacha se siente secretamente orgullosa de su amiga. Debe de haber logrado el look distinguido que buscaba para haber pasado sin problemas.
El taconeo va disminuyendo camino al edificio y Joon deja escapar un suspiro. No es hasta entonces consciente de que estaba aguantando la respiración.
Parece que su parte de la misión es un éxito. Ahora solo queda que el resto de ACOSSO tenga la misma suerte.
Que chica hábil, o que guardia más monse! jajaja Sigue así que esto se pone bueno! ...Había dicho antes que eres lo máximo? ...jijiji
ResponderEliminarNo lo suficiente, chingu, no lo suficiente. ;) (Aigooo, el cubo de agua!! XD). Pero es que Joon se inspira en la mejor unnie!! ^^
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