Shut Up Flower Boy Band: Primeras Impresiones

Chic@s, me he enamorado.

Para los que todavía andeis algo perdidos, "Shut Up Flower Boy Band" es el segundo dorama de la franquicia Flower Boys que se inició con "Flower Boy Ramyun Shop" y que esperemos que de ahora en adelante nos siga trayendo gratas sorpresas. Para los que hayáis visto Ramyun Shop, Shut Up no tiene nada que ver. Si la tienda de ramen tenía un tono dulce, cálido y divertido; Shut Up nos trae un estilo más gris y underground, pero igualmente genial. Bueno, para mí gusto incluso más.

Se centra en torno a un grupo de música llamado Eye Candy formado por seis adolescentes problemáticos. El líder es el vocalista Byung Hee (Lee Min Ki), un chico que está como una regadera pero en ello yace todo su encanto. Con los ojos ahumados con el bendito eyeliner-hijo del mal- es imposible que no caigamos presa de su extraño encanto. Pero chicas no os enamoréis demasiado de este estrambótico compositor empeñado en perseguir a su musa porque lo suyo es solo un cameo y pronto tendremos que despedirnos de su genialidad. Pero tiene mucho mérito un personaje que te llega al corazón en tan solo 2 episodios para rompértelo después. ¡Fan de Byung Hee por siempre! (¿Quién se une al fanclub?)

Su mano derecha y mejor amigo es Ji Hyuk (Sung Joon), el primer guitarrista y la cabeza más sensata del grupo. Aún no conocemos mucho sobre él pero ya podemos prever el papel importante que tendrá tanto en el dorama como en sacar al grupo adelante. Es el más serio de los personajes, evitando peleas innecesarias pero que cuando es necesario no duda en llegar a las manos; aunque bajo esa fachada fuerte podemos percibir a un chico tímido con problemas familiares.

El otro guitarrista del grupo es Hyun Soo (L de Infinite) apodado el príncipe de hielo. Parece que es talentoso en muchas áreas aparte de tener una cara bonita como para dejarnos tontas. Espero poder ir profundizando en este personaje a medida que avance la trama aunque por ahora ya presuponemos que tiene problemas familiares de los que no le gusta hablar.

A la batería encontramos al atractivo Do Il (Lee Hyun Jae). Me encanta su estilo empezando por lo bien que le queda el pelo largo y siguiendo porque es el miembro misterioso del equipo. Ya sabéis el chico cool y tranquilo del que se sabe más bien poco. Pero también oculta problemas ¿por qué sino iba a dormir en la sala de billares de su madre para evitar a su padre?

Una cosa que nunca puede faltar en ninguna banda es el playboy de turno. Esta vez se llama Ha Jin (Yoo Min Kyu) y se unió a Eye Candy como bajista porque quiere conquistar chicas. (Y ya se sabe que las chicas tenemos un punto débil por la música). Por ahora solo lo conocemos de manera superficial pero es adorable verlo siempre jugando con Kyung Jong y es que este par de amigos parece más que inseparable.

¿Y quién es Kyung Jong (Kim Min Suk)? Pues el último miembro de Eye Candy, a cargo del teclado. Este chico de pueblo (Busan) es una monada, bajito y todo ternura, no os dejéis engañar por su cara bonita porque lo que más le importa es el dinero y cuando le hacen enfadar también sabe como utilizar los puños. Hasta ahora parece muy unido a Ha Jin y en los dos primeros episodios se los ve a menudo jugando juntos (una auténtica monada de pareja).

Todo grupo de música necesita una musa. La musa de Eye Candy, o en concreto de su excéntrico líder, es Im Soo Ah interpretada por Jo Boa, quien es por cierto una novata en el mundo doramaniaco. Este es su primer papel pero no lo hace nada mal y la chica sale guapa no, guapísima. Soo Ah es una joven de buen corazón pero con el suficiente carácter para saber valerse por si misma y no solo juzgar por las apariencias. Debido a que su familia está pasando por problemas financieros se muda y acaba viviendo frente a Ji Hyuk. Cuando éste lo descubre Soo Ah le pide que guarde el secreto ya que no quiere revelar a sus ricos amigos que ahora ella es más bien pobre. Soo Ah tiene una mejor amiga muy charlatana y algo particular.

Pero no pueden faltar rivales en cualquier buena historia. En este caso los enemigos de nuestros protas son una banda musical formada por tres chicos ricos y algo engreídos. Su líder es Seung Hoon (Jung Ui Chul), un joven completamente frío que está enamorado de Soo Ah y que se siente especialmente molesto por la presencia de Eye Candy. A su lado están siempre sus caudillos: el cabeza caliente y el cabeza fría. O dicho de otro modo, el que no piensa y utiliza la fuerza bruta como primera medida y el que utiliza ante todo la cabeza y su astucia para salirse con la suya.

La historia de nuestros Eye Candy comienza cuando su colegio cierra y son trasferidos a otro instituto, solo que éste es una escuela para niños ricos en la que nuestros problemáticos y rebeldes caramelitos no acaban de encajar. Pero estos chicos no se amilanan ante nada y pronto tienen un encontronazo con sus rivales, el grupo de música de su nuevo instituto. Y así las complicaciones no han hecho más que empezar, problemas que guiarán a los personajes a la tragedia y a la superación.

Siendo objetiva tendré que decir que algunos diálogos no son del todo comprensibles, que a veces las escenas pasan muy rápido y que parecen un copy-paste hecho con prisas. 

Sin poder ser objetiva diré que me ha encantado. Enamorado. Conquistado. Fascinado. ¿Necesitáis más u os hacéis ya a la idea? Sí, una explosión de puro amor sin precedentes.

Ese estilo gris, underdog, underground, de rebeldía juvenil, chicos problemáticos y adolescentes incomprendidos... es justo lo que había imaginado, deseado, soñado ¡e incluso más! Y lo mejor de todo son sus personajes. Tanto juntos como por separado, es imposible no encariñarse de este grupo de amigos que se enfrentan juntos a las adversidades, que juegan, sueñan y pelean juntos y cuidan los unos de los otros. Decirlo se quedaría corto, así que lo mejor es verlo y que seáis vosotr@s jueces de estos inolvidables personajes.

Yo por mi parte no puedo esperar al siguiente episodio y seguiré viendo esta dorama hasta el mismo final. Aunque creo que me será muy difícil tener que despedirme en algún punto de estos chicos. ¿Quién se apunta a acompañarlos en su camino hacia los sueños? Yo desde luego no pienso perdérmelo.