domingo, 7 de agosto de 2011

Sousuke Takaoka despierta debates. LA VERDAD AL DESNUDO




Hace unos días en escándalo se desataba en Japón tras unos comentarios que el actor Sousuke Takaoka hacía a través de sus redes sociales. Sus palabras criticaban el hecho de que las televisiones japonesas emitieran tantos programas coreanos y la elección de palabras no pudo ser menos ofensiva ni inadecuada. Cito sus comentarios:

“Solía estar en deuda con FujiTV en el pasado, pero ahora, sospecho que sean una televisora surcoreana”


“Ya que estamos en Japón, me gustaría ver más programas japoneses. Me asusto cada vez que escucho la palabra Hallyu”


“Parece que los programas coreanos os hayan lavado el cerebro, y esto me hace sentir muy mal. Las emisoras necesitan darse cuenta de ese efecto tan negativo“.

Por supuesto, las consecuencias no se hacían esperar y él mismo dio a conocer la noticia de que había sido despedido:

“Estoy desempleado. Stardust Promotion y yo separamos nuestros caminos. Mis tweets han causado problemas a mi agencia y a las partes afectadas. Estoy muy agradecido. Gracias a todos por vuestro apoyo“



Con todo, sus comentarios despertaron un gran revuelo. Hubo quien se escandalizó de sus palabras y hubo quien apoyó su opinión y los antihallyu no han tardado en tomar sus palabras textualmente y convertirlas en armas para arremeter contra Fuji TV.

Visto lo visto, el actor ha decidido dar una explicación detallada al porque de tan duras palabras asegurando que su intención no era criticar a corea sino a las propias cadenas japonesas. Así ha abierto su corazón mediante una larga confesión del infierno al que se ha enfrentado en los últimos 6 años y los graves problemas que ha sufrido. Os lo dejo a continuación y juzgáis por vosotros mismos.

“La verdad basada en los hechos:


Estos son los detalles respecto a la reciente cadena de sucesos. Por culpa de lo que ha sucedido, hablaré de ello por primera vez.


Poco tiempo después de rodar “Pacchigi!“, intenté suicidarme. Tardé seis meses en recuperarme.






Estaba harto porque me sentía traicionado por muchas cosas; en particular por la película “Concrete“, las relaciones con mis amigos, y los problemas en el trabajo. No fui capaz de soportar la presión y los persistentes ataques en Internet, y por primera vez en mi vida, mi espíritu fue destrozado.


Ingresé en un hospital mental y tomé somníferos. Volví al trabajo con la cara hinchada de tomar tranquilizantes.


Un día, me detuve a mirarme en el espejo y dejé de intentar parecer guay. No me importaba lo que pasara con mi carrera, y este sentimiento de vacío continuaba.


Algún tiempo después, las cosas que dije durante la promoción de “Pacchigi!” en Corea fueron publicadas de un modo muy distinto a la verdad. Cuando volví a Japón, los medios e Internet me tacharon de anti-japonés. Fue la primera vez que el odio por los medios enraizó en mí.


Entonces, la identidad de mi novia fue revelada, y yo fui insultado de nuevo. Incluso cuando lo negué (para hacer que dejaran de escribir sobre ello), persistentemente se crearon artículos sobre mí.


Debido a la osbtinación de la gente por no comprender la verdad, mi depresión volvió.


Después de un tiempo, decidí casarme con mi novia, que era quien mejor me comprendía. Pero odié completamente a los medios porque continuaron metiéndose conmigo.


Como es natural, no quisimos publicar nuestra ceremonia de bodas. Ellos escribieron entonces que nuestra boda estaba llena de miembros de bandas (aquí lo interpreto como que eran bandas mafiosas o algo). Incluso si éramos felices pese a eso, acabé teniendo otra etiqueta negativa más.


En mi día a día, dejé de pensar, y no podía socializar con la gente del modo en que quería. Un día, me vi incapaz de cuidar de mí mismo. Me ahogué en el alcohol para borrar mis recuerdos.


Estaba bien si dejaba mi trabajo. No me sentía vivo y cada día estaba exhausto.


Deseé con todas mis fuerzas que los medios de comunicación se murieran.


Esta situación continuó durante años, y volví a trabajar sin curar mi enfermedad. Me sacudía la tensión, pero entonces conocí a mis compañeros de un drama sobre béisbol. Pasaba todo el día con ellos, y debido a la apretada agenda que tenía, me olvidé de la enfermedad.


Salíamos, y mi mujer también estaba fuera por trabajo, así que, me iba a beber todas las moches.


De repente, debido a mi descuido, volví al estilo de vida con el que los medios habían hecho un escándalo anteriormente.


Mi siguiente enemigo fue un trastorno de pánico. Cuando me ponía delante del público, no podía respirar ni dejar de sudar. Durante un rodaje, mi cuerpo se congeló desde el principio, y el sudor no dejaba de correr por mi cara. Me asustaba de los ojos de la gente y luchaba contra esto donde quiera que fuera.


En el escenario, me sentía morir muchas veces. Sudaba por los nervios, y me dolía ponerme delante de la gente, pero me mantuve firme para no cometer los mismos errores.


Ese estilo de vida era doloroso, y antes de que me diera cuenta, estaba tomando pastillas otra vez. Mi cuerpo tenía un límite. Me tomé unas largas vacaciones, sabiendo que sería mi final si continuaba así. Les pedí a mi mujer y a mi agencia que me dejaran huir al extranjero.


Antes de irme, asistí a un espectáculo de agradecimiento. Decidí no tomar tranquilizantes, porque iba a tomarme un largo descanso. Como era de esperar, una vez que subí al escenario, me quedé sin respiración y comencé a sudar sin parar. No podía ver nada de lo que tenía delante, y me caí del escenario.


Delante de tantas cámaras y flashes, me asusté por las miradas de la audiencia. Cuando me fui a dar cuenta, los pies de la gente de las primeras filas estaban delante de mis ojos.


Los medios se preguntaron si eso me había sucedido porque estaba consumiendo drogas.


Después de volver del extranjero, mi situación no había cambiado, al contrario, había empeorado. Vomitaba después de cada corte (creo que aquí se refiere a los rodajes).


No podía soportarlo mas. Mi siguiente trabajo tenía que ser el último. Realmente iba a dejarlo si no funcionaba esta vez.


Fue durante la actuación teatral “Kinkakuji“. Me habían dado el papel de un personaje que luchaba contra una enfermedad incurable, una persona que tenía que vivir con ese hecho inalterable. Un papel positivo.


Conecté con el personaje. Al principio, fue difícil, pero mientras íbamos por todo el país, hubo un momento en que algo tocó mi corazón, y me encontré fuerte, hasta el punto de que dejé de tomar tranquilizantes. El tiempo que pasé siendo atacado es una realidad que no se podía cambiar, pero era libre de elegir cómo quería vivir a partir de entonces. Fuí capaz de pensar en positivo por primera vez en muchos años. Y fui capaz de recordarme a mí mismo cuando, seis años atrás, estaba lleno de confianza aunque mi actuación no fuera buena.


Ahora estoy bien. Actuar me resulta divertido.


Entonces llegó el 11 de marzo.


En el momento en que me libré de mi depresión, los japoneses estaban en un momento de desesperación. La economía se desmoronó y mucha gente fue víctima de ello. La gente estaba amenazada por la radiación y asustada por los niños japoneses.


El impacto del asunto me golpeó terriblemente, pero podía ser positivo, pensando que tenía futuro. Era capaz de vivir, así que no había nada que no se pudiera hacer. Recientemente, si soy sincero, me sentía más fuerte.


Durante mi enfermedad, tuve apoyo de un numero importante de personas, esta vez era mi turno. Formaba parte de una industria boyante, tenía una vida hermosa, y me había pasado seis años hundido. Pero ahora era capaz de tener esperanza.


Quería animar a la gente diciéndoles que no había tormenta que no amainara ni noche que fuera eterna. Eso estaría bien. Si piensas en negativo, acabas deprimiéndote. Esos sentimientos los eliges tú mismo.


Todo saldría bien. Es lo que pensé. Es algo que he experimentado por mí mismo. La situación es diferente, pero sé cómo animarles, y puedo colaborar.


Las noticias sobre el terremoto fueron buenas sólo al principio, después comenzaron a ser muy críticas. Luego apartaron la vista del problema de la radiación y restringieron las cosas que les resultaban inconvenientes. Justo lo que habían estado haciendo siempre.


Había muchas noticias que no eran comunicadas a los ciudadanos. En lugar de eso, emitían irrelevantes dramas extranjeros, y en las noticias de las mañanas, daban información parcial.


Empecé a sospechar de este país. Con esto en la cabeza, hice mis recientes declaraciones. No podía tolerarlo más. Las cosas que había estado ocultando en mi interior salieron a la luz. De nuevo, fue por la actuación en “Kinkakuji”. Empecé a recordar cosas de esos tiempos. Con valor, quería recuperar a este país. Quería que la gente encontrara esperanza. No se les debía mentir. Y si yo podía poner énfasis en esto, debía hacerlo.


Durante la crisis que vivimos, la gente estaba en estado de confusión. Pensé que era realmente nauseabundo que los medios engañaran y dieran información sesgada, tal y como estaban haciendo, en un momento como ese.


Lo siento por aquellos que se lo tomaron por donde no era, pero esta vez, me haría feliz si se me pudiera entender. Bajo ningún concepto quise criticar a Corea. Quiero que entendáis que esta es una protesta que se dirige e Japón.


Este incidente, está relacionado con mis historias pasadas. Como podéis ver, los medios repiten otra vez sus falsedades. Sólo escriben a su propia conveniencia.


Gracias por leer este largo mensaje. Está todo muy resumido, así que lo siento si ha sido difícil de leer.


Yo puedo ver la luz. Vivamos juntos.


Por el orgullo de los japoneses, todavía podemos conseguirlo, pero queda poco tiempo”.


(Traducción de Bomba Soju... y el Líder. Gran blog sobre Hallyu. Gracias ^^)


Como ha declarado su situación en los últimos años ha sido horrible y aunque eso pudiera intentar justificar sus comentarios y si tal y como decía su intención no era mala, por desgracia su elección de palabras ha sido cuanto menos pésima.

Cada cual que analice la historia y juzgue como quiera, pero esto demuestra que unas pocas palabras mal dichas en boca indebida pueden ser en verdad un arma de doble filo. Esperemos que las consecuencias no se salgan de mano ni para el actor, ni para nadie, ya que ha reavivado una vieja llama que por desgracia no quiere extinguirse: la eterna xenofobia y pelea entre japoneses y coreanos.

Lo mejor como dijeron Timón y Pumba en El Rey León es Hakuna Matata: ¡Vive y deja vivir!


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